Escrito por:
ELAINE QUINTERO ROBLES
Abogado.
Especialista en Derecho Laboral y Seguridad Social
Especialista en Gerencia de la Seguridad y Salud en el Trabajo
Licencia en Seguridad y Salud en el Trabajo N° 693 del 22/01/2020
Asesor, capacitador y consultor en Riesgos Laborales
ARKA Soluciones Integrales a la Vanguardia
Este artículo obedece a la opinión de su autor. Positiva Compañía de Seguros S.A. no se hace responsable por los puntos de vista que allí se expresen. El material contenido en este sitio web es de dominio público y puede reproducirse parcial o totalmente de manera gratuita, siempre y cuando se mencione la fuente.
La tendencia a nivel mundial es que toda la humanidad, al día de hoy, tiene conocimiento de la Covid-19, como un virus y enfermedad mortal que está matando a miles de personas. Como dirían los jóvenes, estamos en “modo pandemia”.
En Colombia, a mediados del mes de marzo y meses siguientes veíamos por la televisión, de manera lejana (países de Europa), temerosos y sorprendidos la cantidad de ataúdes arrumados en cementerios, iglesias, lotes, etc; sin embargo, en este momento es una cruda realidad que también nos está golpeando, quizá algunos de ustedes ya se han visto afectados con uno o varios familiares fallecidos por esta enfermedad.
Según datos oficiales a agosto 3 de 2020… “El nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad COVID-19, continúa extendiéndose por el planeta y ya ha infectado a más de 18 millones de personas, mientras que la cifra global de decesos rebasa los 690.000 y la de los recuperados supera los 10,4 millones de personas. El país más afectado es Estados Unidos, con más de 4,6 millones de contagios y más de 154.000 fallecimientos, seguido de Brasil, que supera los 2,7 millones de casos y acumula más de 94.000 muertos, y de India, con 1,8 millones de contagios y 38.000 muertes. Por debajo se sitúan Rusia, que supera los 854.000 infectados y registra más de 14.000 muertos; Sudáfrica, con más de 511.000 casos; México, que excede los 439.000 casos; Perú, que ya supera los 428.000; Chile, con más de 359.000 casos; Colombia, sobrepasando los 317.000; e Irán, que rebasa los 312.000 contagios…” (tomado de: https://www.rtve.es/noticias/20200803/mapa-mundial-del-coronavirus/1998143.shtml)
Lo anterior se suma al desalentador y preocupante nuevo anuncio de la Organización Mundial de la Salud en cuanto a “…que quizá nunca haya una solución para la Covid-19…”, queriendo decir que hay que continuar con nuestras vidas, “…Hay que hacerlo todo: mantener el distanciamiento físico, lavarse las manos de forma constante, no toser al lado de otros, llevar mascarilla y reforzar la vigilancia…”, y esperar la “única solución” que sería la tan esperada vacuna, porque en este momento, a nivel mundial, no hay ninguna y aún no se ha encontrado la panacea para curar esta enfermedad (apartes tomados de: https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20200803/oms-solucion-coronavirus-covid-8063143)
El desempleo: incrementado por la pandemia
Otras tendencias no menos importantes pero que se desprenden como efecto de la Covid-19, son: el aumento acelerado del desempleo, la pobreza, la discriminación en todas sus formas, el maltrato y la violencia intrafamiliar, el maltrato animal, entre otras.
El devastador impacto económico, que ha golpeado a las economías más desarrolladas y estables y fragmentado a las más débiles, es quizá, a la par con el manejo mismo del contagio del virus, lo que más preocupa a los gobiernos a nivel mundial.
Según el balance de la Organización Internacional del Trabajo: “…La ola del desempleo en el mundo, por cuenta de la pandemia, se hace sentir con mayor fuerza en América Latina. Las restricciones al comercio, a la vida laboral y al turismo, entre otros, como medidas de contingencia para tratar de frenar la propagación del Covid-19, deja 41 millones de personas desocupadas en esta región…” (tomado de: https://www.france24.com/es/20200701-oit-latinoamerica-desempleo-economia-pandemia-covid19).
En Colombia, a disgusto de muchos sectores y personas, las autoridades locales y de salud están haciendo esfuerzos para controlar la propagación y contagio del virus; por eso, nos hemos visto abocados a permanecer en casa, a aislarnos por sectores; de la misma manera, las empresas han tratado de mantener los empleos a sus trabajadores, ofreciendo alternativas como reducción “temporal y voluntaria” de los salarios, de horas y jornadas de trabajo, implementación de trabajo en casa, vacaciones causadas, vacaciones anticipadas, etc; sin embargo, otras no han tenido más alternativa que despedir a su personal, ofrecer licencias no remuneradas, suspensión de contratos, que a los ojos de la normatividad Colombiana está prohibido y más en estos tiempos de pandemia.
La informalidad y otras como formas de empleo
En Colombia, el desempleo es indiscutible y se evidencia desde hace muchos años siendo uno de los problemas que más impacta a la sociedad y a la economía nacional.
En estos días de pandemia, se han incrementado, en todas las calles de los barrios, veintenas, por no decir, cientos de personas-vendedores ambulantes, desesperados, tratando y haciéndole al “rebusque”, como ellos dicen, puesto que viven al día, de lo que consigan podrán alimentarse y llevar una comida a sus familias; vemos y juzgamos sin miramientos, sin entender que esta población es una de las más vulnerables en estos tiempos, y se les critica porque son los que NO cumplen con la cuarentena impuesta por el gobierno nacional y locales, sin detenerse a considerar y ponerse en sus zapatos, y pensar en todas las angustias y penurias que están pasando para poder sobrevivir, y hasta se piensa y se asevera que no les interesa contagiarse ante la rebeldía y renuencia de algunos a no cumplir con los protocolos de bioseguridad establecidos.
Otro tanto y no menos desalentador que se le suma a la informalidad, son los miles de personas que han perdido su empleo, único y valioso para sobrevivir, así como el gran número de migrantes, milongas, habitantes de la calle, etc, los cuales acrecientan los niveles de pobreza que van a la par con la corrupción y la inseguridad reinante en nuestro país.
El incremento de contagiados por el virus a nivel global, llevó a que el Gobierno Nacional ordenara el aislamiento absoluto a mediados de marzo, llevándonos a un cambio radical de 180° al modo como estábamos viviendo y actuando; en un fin de semana agotador, nos vimos preparándonos para continuar el siguiente lunes, el cual nos esperaba trabajo en casa, niños y estudiantes en clases virtuales y más situaciones no pensadas y no deseadas que desde entonces, hemos tratado de sobrellevar afectando nuestros hábitos personales, familiares y sociales.
Lo último se evidencia en el incremento de pedidos de auxilio a la policía y denuncias por la llamada pandemia silenciosa, por los conflictos y violencia familiar, de género, infantil, feminicidios, maltrato infantil, maltrato animal, en fin, y que muy seguramente repercutirá más y más en problemas de salud mental a causa del estrés, de la incertidumbre del presente y del futuro, que se acentúan cada vez más cuando vemos y escuchamos la confusión en las noticias y la tergiversación de la información que se difunden día a día a nivel global.
¿Y dónde está mi empresa?
Es la triste realidad, la respuesta a esa pregunta: ya no tengo empresa.
Grandes esfuerzos de pequeños empresarios que le apuntaron a la idea de crear empresa, viviendo con angustia y frustración como sus ilusiones se han visto apagadas, sin ninguna alternativa de salida a la vista, lo que ha llevado al cierre de sus locales, venta de su mercancía, despedir a sus trabajadores, y, ¿qué queda?: un sinnúmero de deudas sin pagar, mercancía sin producir o sin vender, ahorros de años invertidos, etc.
Trabajo en casa y la tecnología
Con la implantación obligatoria del aislamiento y distanciamiento social, se evidenció un revolcón en buscar una salida fácil para seguir desarrollando las actividades habituales de las empresas, pero de manera diferente; de inmediato se pensó en el trabajo en casa, que es uno de los aspectos más sugeridos por los expertos, puesto que así se logra un distanciamiento; sin embargo, tampoco estábamos preparados para asumirlo.
La sugerencia de la OIT a todas las empresas a nivel mundial es la realización de trabajo remoto o en casa; en Colombia, en algunas pocas empresas les ha sido más fácil puesto que han venido implementando de manera formal el teletrabajo; sin embargo, a una mayoría, las cogió de sorpresa tener que mandar a sus trabajadores a realizar “trabajo en casa”, que para muchos ha sido una etapa de constantes aprendizajes, forzosos e improvisados; muchos hemos tenido que aprender a usar la tecnología, a conectarnos, a realizar reuniones y capacitaciones virtuales, a compartir una pantalla y hasta cómo desactivar un micrófono y video; de lo anterior, hemos visto en la televisión situaciones un poco jocosas al respecto, como el abogado que estaba en reunión en ropa interior, o el que estaba comiendo, o estaba insultando el otro, evidenciándose que no solo en Colombia, sino a nivel mundial todavía nos falta mucho para entender y aceptar de una manera equilibrada el modo de realizar trabajo remoto o en casa.
Referencias:
https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20200803/oms-solucion-coronavirus-covid-8063143
https://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_739995/lang–es/index.htm
https://www.ilo.org/global/topics/coronavirus/lang–es/index.htm
https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20200803/oms-solucion-coronavirus-covid-8063143