Escrito por:

Germán Alberto Rojas Castro

Médico, Máster en Dirección y Gestión de Seguridad Social de la Universidad de Alcalá España, Especialista en Gerencia de Mercadeo, Especialista en Salud Ocupacional, ex Líder Técnico de ARL y Salud en AXA COLPATRIA, ex Gerente de la Administradora de Riesgos Laborales Seguros de Vida Alfa ARL, ha sido miembro del Consejo Nacional de Riesgos Laborales, Conferencista en congresos nacionales e internacionales del sector, posee una  experiencia mayor a 20 años en Gerencia de Empresas de Salud y Riesgos Laborales.


El Estado Colombiano en cabeza del Ministerio de Trabajo ha venido trazando la hoja de ruta dentro de la cual sus objetivos de fortalecimiento de la institucionalidad y suficiencia del Sistema de Riesgos Laborales constituyen una de sus prioridades. En las estrategias diseñadas para este fin, la implementación del Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo SG-SST con una metodología de enfoque de proceso, está evolucionando la manera de visualizar esta problemática y ofreciendo mejores perspectivas de éxito aunque al parecer todavía falta tiempo para valorar cuantitativamente los resultados más allá del cumplimiento de las normas expedidas y los cronogramas definidos en al Resolución 11 de 2017. La transformación del antiguo Programa de salud Ocupacional hacia la implementación del Sistema de Seguridad y Salud en Trabajo SG-SST, es un paso verdaderamente importante  por la generación de una nueva metodología secuencial y ordenada con enfoque al logro y mejoramiento que debe traducirse pronto en reducción de las cifras de siniestralidad del país que siguen siendo altas cundo se comparan a nivel regional y mundial. Sin embargo, este esfuerzo debe ir de la mano de otras iniciativas en curso como la Reclasificación de las actividades Económicas, todavía pendiente de la expedición del nuevo decreto y la posibilidad de modificar la cotización que actualmente aportan las empresas al Sistema de conformidad con su actividad económica y clasificación de riesgo, como uno de los pilares fundamentales en los cuales el estado podrá basar en la siguiente década su modelo de dirección, vigilancia y control. De manera paralela, es necesario generar nuevas herramientas de gestión que se involucren efectivamente en los objetivos estratégicos empresariales para avanzar en consolidar una verdadera cultura de seguridad y salud que permita hacer sostenibles hacia el futuro los logros obtenidos.

Perspectivas actuales del Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo

El principal pilar en el cual se sostiene el equilibrio y suficiencia del Sistema de Riesgos Laborales lo constituye la gestión del riesgo. En este ámbito,  la prevención y control de la expresión del riesgo manifestado en el accidente o la enfermedad por causas asociadas al trabajo, es uno de los principales objetivos del sistema que garantizan la suficiencia de las tasas que determinó el Gobierno para cada actividad económica. Desde la creación del Sistema,  la gestión en prevención de riesgos laborales ha sido compartida entre las Administradoras de Riesgos Laborales  (ARL) y los empleadores en quienes recae la obligatoriedad del control de los riesgos laborales derivados de la operación en su respectiva actividad económica. Para dar cumplimiento a lo anterior, el marco normativo en que se soporta el sistema, ha establecido lineamentos y valores porcentuales bajo los cuales las ARL destinan recursos provenientes de la cotizaciones recibidas para apoyar  estas actividades en las empresas dentro de los parámetros establecidos por la ley 1562 del 2012.  En este marco, los valores mínimos que deben ser invertidos por las ARL para sus empresas comprenden un estimado del 14.2 % del aporte total  realizado pero en la práctica, la mayoría de ARL en promedio superan anualmente esta cifra.

Esta inversión no ha sido suficiente para controlar de manera efectiva la siniestralidad por causas asociadas al trabajo. Los indicadores continúan presentando una alarmante persistencia elevada en torno a la frecuencia de los siniestros definida por el número de eventos comparativamente a la población expuesta afiliada y la severidad de las lesiones involucradas, basada en la proporción de días perdidos por esta causa.

En escenarios como el Foro Mundial para la Prevención y  Congreso Mundial sobre Seguridad y Salud en el Trabajo,  la OIT ha presentado el impacto de la accidentalidad de origen laboral con cifras estimadas de 860.000 accidentes en el trabajo ocurridos diariamente con consecuencias de lesiones en los trabajadores  y alrededor de 2,3 millones de personas fallecidas en el mundo anualmente como consecuencia de accidentes y enfermedades relacionadas con el trabajo, calculándose su costo a nivel mundial, directo e indirecto en un aproximado de 2,8 billones de dólares. En Colombia, el control de la siniestralidad tampoco ha sido proporcional al crecimiento de la cobertura. Aunque algunos indicadores como las tasas de mortalidad secundaria a accidentalidad laboral han descendido en los  años de vida del Sistema General de Riesgos Laborales, todavía son mayores que las de otros países. Un breve comparativo de las cifras de cierre de hace tres años en el 2014 de la Tasa de accidentalidad de origen laboral del país, mostraba a  Colombia en 7.71 lo que nos ubicaba muy por encima de  México que reportó en ese año 2.54,  Argentina 4.68  o España 3.11 para citar solo algunos ejemplos. (Información publicada en las páginas oficiales de  la Secretaría del Trabajo de México, la Superintendencia de Riesgos del trabajo de Argentina y el Ministerio de Empleo y Seguridad Social de España respetivamente). Aunque nuestro país ha evolucionado favorablemente en los últimos tres años para situarse al final del 2017 en una tasa cercana a 6.5 %, todavía estamos lejos de abordar nuestro día laboral con total seguridad.

En este punto es necesario tener en cuenta que las cifras de Colombia pudieran ser más complejas si se tuviera en cuenta la siniestralidad de toda la población ocupada incluidos los trabajadores por cuenta propia. En los inicios del este 2018, Colombia se acerca a poseer una población total de 50 millones de personas de las cuales casi la mitad, 24 millones,  es económicamente activa, pero menos del 50 % (10.3 millones) se encuentran afiliados en  las diferentes ARL. Esto evidencia que casi 14 millones de personas en su mayoría trabajadores informales, no cuentan con los beneficios de un SG-SST.

Por todo lo anterior, nuestro país, buscando dar respuesta al diseño de mejores estrategias de control y reducción de los altos indicadores en materia de siniestralidad de origen laboral, ha enfocado sus esfuerzos gubernamentales en lograr transformar la habitual manera de abordar las acciones de prevención de riesgos en las empresas de una manera diferente, con enfoque de proceso, metas y objetivos mejor definidos. En esa camino, uno de los paso más importantes se constituyó en el 2012 con la expedición de la Ley 1562 que abrió las puertas a esa transición metodológica la cual se ha perfeccionado a través de las normas siguientes como el decreto 1072 del 2015 y más recientemente la resolución 1111 de 2017.

Si bien, con base en la Normatividad expedida, el sector empresarial con el apoyo de las Administradoras de Riesgos Laborales (ARL), ha enfocado sus esfuerzos en el cumplimiento de los parámetros contemplados estructurados cronológicamente en la mencionada resolución, el país todavía está lejos de percibir los beneficios que permitan mostrar en resultados medibles el verdadero impacto del proceso iniciado. Para estas fechas, las empresas deben haber superado las fases 1 y 2 del modelo y deben encontrarse en la Fase de Ejecución que es la puseta en marcha del sistema pero casi en el cierre de este primer trimestre, todavía no hay claridad en el estatus promedio de la implementación del SG-SST. Para esto, la mayoría de las empresas han contado con asesoría de las ARL pero también han destinado recursos a la capacitación de su personal en la materia y a la contratación de asesores especializados.

Que sigue

Las ARL deberán fortalecer su capacidad asesora y extender efectivamante su cobertura  a las PYMES, calificar el estatus de su implementación, vigilar la ejecución por parte de sus empresas afiliadas y generar los reportes correspondientes al Ministerio de Trabajo.

Puede ser prematuro pero en mi criterio, para controlar la accidentalidad y enfermedad laboral no bastará con el cumplimiento de las fases y la implementación del SG-SST en su totalidad. Así parece vislumbrarlo el Ministerio al incluir en la Norma la siguiente fase de Acreditación. Realmente, implementar a cabalidad el SG-SST aunque es la base fundamental, también es lo mínimo a lo que debemos llegar como garantia de mayor impacto hacia el futuro. Es necesario entonces evolucionar empresarialmente hacia modelos complementarios de creación de una sólida cultura en Seguridad y Salud en el Trabajo y que los logros en esta materia hagan parte de sus valores corporativos y brinden herramientas de competitividad y productividad social y económica para las empresas y el pais. En este camino, es prioritaria la actualización de la Tabla de Actividades Económicas que permita acercar más la cotización a la verdadera tasa de riego de algunas actividades  y pensar en estimulos mejores a los empresarios que han avanzado en el cumplimiento normativo y el control y descenso de sus indicadores.

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